Una datación de pinturas rupestres en once cuevas del norte de España, El Castillo (Cantabria), Altamira y
Tito Bustillo (Asturias) entre otras, han determinado que son tan antiguas, algunas
de al menos 41.000 años, que posiblemente no fueron obra de humanos
modernos, homo sapiens, pues justo en esa época empezaban a colonizar la península
Ibérica, sino de los hombres de neandertal.
Las pinturas analizadas corresponden a una fase prefigurativa en la que todavía no hay animales ni personas, sino formas geométricas y negativos de manos. Son de un único color: rojo. «Las figuras más perfeccionadas de Altamira, que tienen unos 17.000 años, son inequívocamente de humanos modernos», precisan los autores del estudio.
Las pinturas analizadas corresponden a una fase prefigurativa en la que todavía no hay animales ni personas, sino formas geométricas y negativos de manos. Son de un único color: rojo. «Las figuras más perfeccionadas de Altamira, que tienen unos 17.000 años, son inequívocamente de humanos modernos», precisan los autores del estudio.
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