El subsuelo liberará 50 gigatoneladas de metano en 50 años. Los mares subirán de nivel y se acidificarán.
Frente a quienes se frotan las manos pensando en los beneficios que puede aportar el deshielo del Ártico debido al cambio climático (nuevas rutas comerciales, acceso a reservas de gas y petróleo), un comentario publicado en Nature apunta a la parte negativa: la liberación de 50 gigatoneladas de metano -un gas de efecto invernadero- por el deshielo del permafrost (la capa de suelo siempre helada de las regiones muy frías) en 50 años. Estas emisiones, a su vez, agudizarán el proceso. Y le han puesto precio. Utilizando el mismo sistema que el Gobierno de Reino Unido para convertir en coste el efecto de gas invernadero en euros, serían 60 billones de dólares (unos 45 billones de euros). Aproximadamente, el valor de toda la producción mundial del año 2012.
Y este cálculo, indican los autores (Gail Whiteman, Chris Hope and Peter Wadhams, de las universidades de Rotterdam, el primero, y Cambridge los otros dos), es conservador. Si se tienen en cuenta otras consecuencias del calentamiento (subida del nivel del mar y su acidificación, por ejemplo) sería muy superior. Con un agravante: la mayoría del impacto lo sufrirán países de economías medias o pobres, ya que es donde más se van a notar los efectos del cambio climático.
Los autores apuntan a que hay que intensificar los estudios, que hasta ahora se centran en la parte positiva del deshielo. Se calcula que el Ártico tiene el 30% de las reservas mundiales de gas y el 13% de las de petróleo. La aseguradora Lloyds calcula que en 10 años las inversiones en la región alcanzarán los 100.000 millones de dólares (75.000 millones de euros).
elPais.com
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