martes, 20 de agosto de 2013

La Guardia Civil interviene 2.000 piezas arqueológicas en Aragón


Los agentes detienen a una persona acusada de delito contra el patrimonio histórico. Las autoridades se incautan de fragmentos de casco, puntas de lanza, monedas y cerámica. El arresto del hombre se produce en el marco de la Operación Helmet II
Tenía mapas con varias X, como en una novela de piratas. Pero los trazos no señalaban ninguna isla del tesoro, sino yacimientos arqueológicos, sobre todo de Aragón. Por este indicio, y por las más de 2.000 piezas arqueológicas que intervino en sus dos domicilios y en su ebanistería, la Guardia Civil ha detenido en Zaragoza a un hombre acusado de delitos contra el patrimonio histórico.
La detención, que se ha dado a conocer hoy, se produjo el pasado 4 de agosto y el hombre ya se encuentra en libertad con cargos. En los registros, los agentes hallaron puntas de lanzas, espadas y otros objetos metálicos, muchos de ellos en estado precario. "Casi se deshacían", cuenta una fuente de la investigación que explica que los arqueólogos están analizando las piezas para entender de qué yacimientos proceden y si también se produjo un daño contra el patrimonio.
Escondido entre cajones y armarios, el hombre detenido –un señor mayor domiciliado en el municipio de Alagón- también guardaba un casco "de apariencia similar a las piezas celtíberas que se subastaron en Múnich", aclara la Guardia Civil. Se refieren a varios cascos que se han ido vendiendo entre 2008 y 2012 en distintas pujas en Alemania y que los agentes sospechan que salieron de España gracias al contrabando.
De hecho, precisamente hasta allí hay que llegar para encontrar el origen de este caso. En 1990 en Alemania aparecieron unos cascos celtíberos que los expertos sospechan que proceden del yacimiento de Arátikos, cerca de la comarca zaragozana de Aranda de Moncayo. Pese a las denuncias de arqueólogos alemanes y españoles, los cascos llegaron hasta el mercado de las subastas y fueron vendidos por precios de entre 19.000 y 77.000 euros.
Tras años de silencio, y a raíz de una petición de la fiscalía alemana, en 2011 las autoridades españolas empezaron a investigar el asunto. La bautizada operación Helmet I llevó a la detención de Ricardo Granada, un jubilado que a lo largo de 15 años se dedicó a expoliar yacimientos de la zona y acumular un tesoro de hasta 4.000 piezas arqueológicas.
Los registros consecuentes encontraron documentación y materiales que llevaron hasta una segunda fase, bautizada Helmet II, que hace dos semanas permitió detener al otro supuesto expoliador. La Guardia Civil sostiene que Granada y el segundo detenido se conocían y a veces hasta habían acudido juntos a algún yacimiento. También es posible que Granada adquiriera el detector de metales que tanto usó y con tanto éxito en una tienda en Zaragoza donde su compañero vendía esos instrumentos.
"Todos pasaban por ahí para comprar detectores", sostiene una fuente de la investigación. El establecimiento entretanto ha cerrado pero el expolio ha seguido adelante. Y ello, pese a que la Guardia Civil ya investigó al detenido en 2001 y llegó a registrar su domicilio. Esta segunda vez, 12 años después, los agentes se han encontrado con un tesoro auténtico. Resulta que era allí donde había que poner una X.

elPais.com/GC

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